Costra láctea

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   V tiene costra láctea desde muy bebé. Como leímos que en principio no es algo molesto para ella, no nos preocupamos demasiado. De las cejas le fue desapareciendo, pero en la cabeza ha seguido teniendo todo este tiempo.

   Cuando hizo 3 meses empecé a cansarme de verle amarillo el nacimiento del pelo y comencé a investigar.  Cosas que he intentado para eliminarla y que no han funcionado en absoluto:

-Consejo de otra mami: «Le das con aceite de oliva y con paciencia, lo vas masajeando con los dedos y se cae solo» . V fue aliñada muchas tardes (antes del baño, claro) y nada, su costra seguía ahí.

-Un blog cualquiera: «Hay un champú específico de Mustela que es mano de santo». Cuando fui a la farmacia a por el susodicho, me dijeron que champú no, que tenían una emulsión para eso (8,95 €). Había que dársela antes de dormir y dejar actuar toda la noche. Así que V se fue engominada a la cama un montón de veces y por la mañana, lavada de pelo en el lavabo, con el consiguiente mosqueo. Y no funcionó ni un poco.

-Pediatra en la revisión de los 4 meses: «Para eso puedes darle Kelual». Pues lo compramos también (15,20 €) y aparcamos la emulsión de Mustela porque éste al menos se podía dar un ratito antes del baño y luego limpiárselo con el champú. El bote se acabó y aquello seguía como al principio.

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   En ese punto nos cansamos y decidimos dejar tranquila la costrita de V, ya le habíamos cogido hasta cariño, que no parecía querer irse de allí (mañana hace 6 meses, V, digo, costri hará 5).

   Sábado por la mañana (ayer), quedo con mi muy amiga-mami Irene y me dice que si no le he intentado quitar a V la costra. Pues muchísimo, le digo yo, pero ya paso, cuando se le tenga que ir, se le irá. Y ella: pero hombre, si es muy fácil. Y me lo explicó.

   Pues efectivamente, visto y no visto. Lo del aceite de oliva sólo es el paso previo. Pones unas gotitas y masajeas 2 minutos para reblandecer las escamas. Lo importante viene ahora. Con un peine de bebé (de esos que tienen bolitas en las puntas), peiné a V en la dirección opuesta al crecimiento de las escamas y voilà, se fue todo mágicamente (bueno, en realidad da algo de grimilla, pero a ella no le dolió nada).

   Y hasta luego, costri 😀

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Lactancia

   pezón

   Estando embarazada y convencida de que iba a darle el pecho a V hasta que una de las 2 se cansara, me puse a leer cosas mil sobre la lactancia (¿acierto o error?), algo que siendo lo más natural del mundo, debería ser fácil e ir rodado, no? Pues no.

   Mi primer mes dando el pecho fue bastante horror. Con grietas en el pezón desde el minuto 4 de vida de V, la primera semana veía estrellitas en cada toma. A los 8 días, las grietas se fueron, pero seguí con los pezones super sensibles hasta el mes y medio más o menos; y a eso hay que sumarle las acumulaciones de leche (muy dolorosas) y las temidas subidas (pueden llegar a dar fiebre), durante las cuales, a V le costaba infinito engancharse porque aquello estaba demasiado hinchado, con los consiguientes lloros, los suyos y los nuestros. Si te quieres hacer una idea, intenta coger con la boca la punta de un globo inflado a tope. Efectivamente.

   Así que, como con casi todo lo que me ha ido pasando con la maternidad, tiré de internet y de mi amiga Irene (fue mami poquito tiempo antes que yo) y esto que os voy a contar es un resumen de las cosas que me resultaron más útiles.

Grietas

   Durante el embarazo se me resecó bastante la piel de pezón y aureola, pero cuando se lo enseñé a mi matrona, me dijo que era mejor que no me estimulara la zona, y que sólo si me dolía me diera alguna crema. No me dolía, no me di crema. ERROR.

   Todavía en el paritorio, me pusieron a V sobre el pecho (corazones) y tuvimos la suerte de que se enganchara perfectamente (ya leeréis por ahí que esto puede llegar a ser una odisea), pero como aquello estaba como la mojama, ouch, ouch.

   En ese momento el Purelan fue mi mejor amigo. Las pezoneras sirvieron de ayuda también (las llevamos al hospital por lo que pudiera pasar), pero a V le cayeron regular y el tercer día decidió que pasaba, que le molaba más mi pezón dolorido que la silicona de Medela. Ouuuuch, ouuuuch.

Subidas

   A veces, muy al principio, V se despertaba para una de sus tomas nocturnas y por más que lo instentáramos, no podía agarrarse al pecho de llenito que estaba. En una de esas, rollo las 4 de la mañana, cundió el pánico y el papá de V salió corriendo a comprar leche en polvo y un biberón, porque no pintaba bien la cosa. Cuando volvió, yo ya había conseguido montar el extractor y sacar lo justo para que V pudiera ponerse a mamar, pero fue un momento complicado : /. Lo suyo habría sido tener preparado el sacaleches, la manta eléctrica junto a la cama y un bote de leche de fórmula en casa, solo por si acaso.

   El calorcito de la manta eléctrica hace que el pecho se ablande y si aún así, aquello no baja, puedes extraerte un poquito de leche. Lo de tener fórmula en casa, pues bueno, te resistes, porque tú te empeñas en darle lo mejor a tu bebé y ahora lo mejor es la teta, pero seamos prácticos, es más cómodo ir a la cocina en pijama que vestirse en medio de la noche e ir a buscar una farmacia de guardia. Digo.

Acumulaciones

   Otra de las cosas dolorosas del principio de la lactancia, los bultos de leche. Uf. A mí el calor me suavizaba un poco, pero no mucho, y los masajes me hacían bastante daño. Lo único que realmente funcionaba era ponerme a V.

   Mi matrona me explicó que donde tiene el bebé apoyada la barbilla es donde más se va a vaciar el pecho. Pues siguiendo este principio y dependiendo de dónde tuviera el bulto, colocaba al bebé como fuera necesario. A veces le he tenido que dar de mamar a V al revés (en la cama, ella con la cabeza hacia la almohada y yo hacia los pies) o incluso ponerla en una mesa tumbada de lado y yo sentada en una silla. Estas posturas en las que no veo la carita de V, siempre con el papá en casa y teniendo mucho cuidado, claro.

  Llevamos 5 meses y medio con teta y desde hace 4 que esto ya es otra cosa. Con el tiempo, V se ha vuelto una expertita mamando y a mí ya no me duele nada. Alguna molestia si me paso de las 4 de la tarde sin darle de comer (desde las 8 am) pero cosa de poco. Así que todos la mar de contentos.

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   Espero que esta entrada tranquilice un poco a esos humanos que se encuentran en ese primer momento y que como nosotros, se preguntan aterrorizados si la lactancia es eso. Pues no. Luego sólo va a mejor.

Pañales de tela

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Uso de pañales de tela:

   Nosotros usamos pañales de tela para ahorrar, en euros y en residuos. Existen otras opciones bastante ecológicas de pañales desechables, pero cuestan más del doble que un pañal normal.

   Los primeros días de V no estábamos para sumar al descontrol generalizado el tener que poner lavadoras pañaleras; además, aunque nació con un peso normal, se perdía un poco dentro de los pañales de tela. Pero cuando vimos la cantidad de bolsas de basura que llenábamos de desechables, pensamos que valía la pena intentarlo.

   Hay varias clases de pañales reutilizables. Nosotros  nos decidimos por los llamados rellenables porque una vez montados, se colocan tan fácilmente como un desechable. Además, se secan bastante rápido y los diseños se salen.

   Los mismos pañales sirven para niños de 3,5 a 15 kg. Llevan varias filas de automáticos con los que se puede ir ajustando el tallaje. Así que, aunque en principio puedan parecer algo caros, se amortizan con creces.

   Cuando empecé a recopilar información pañalera, leí que tendríamos que hacer una inversión inicial aproximada de 400 €, lo cual nos echaba bastante para atrás, teniendo en cuenta que queríamos intentarlo pero no estábamos seguros de que fuéramos a ser capaces (a priori parece que va a dar muchísima faena). Al final encontré pañales baratos, y por unos 180 € me hice con 20 cobertores, 20 absorbentes de 3 capas de microfibra y 4 bolsas de transporte. Los míos son de las marcas Alva y AnAnBaby.

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   V cumplió 1 mes y como ya le quedaban bien (ajustados en el tallaje más pequeño), decidimos probar. Costó un poco cogerle el truquillo y alguna fuga tuvimos, pero es que con los desechables también, así que no desesperamos. Un par de cosas que tengo en cuenta a la hora de colocarlos: subir bien el pañal por la parte de atrás, cuidando que el tejido impermeable quede por encima de la parte permeable; y una vez puesto, estirar bien el inserto entre las piernecitas. Así se evitan las fugas por la cintura y por las ingles, que es por donde se suelen producir.

   Todo iba bien hasta que V cumplió 3 meses y empezó a moverse y a hacer más pipí (también comenzamos a espaciar más los cambios de pañal, ya que los cuadrábamos con las tomas). Durante 3 días prácticamente en cada cambio de pañal, tuvimos que revestirla de arriba a abajo y claro, ganas de rendirse. Pero la solución fue tan fácil como añadir un inserto más dentro del bolsillo del cobertor. No hemos vuelto a tener ni media fuga. Compramos otros 10 insertos de microfibra de 2 capas en http://www.elbebesito.es/ y con eso y un rollo de forros desechables, tenemos todo lo que necesitamos.

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   Por el día lleva 1 inserto de 3 capas mas uno de 2, y por la noche, 2 insertos de 3 capas (aguanta las 8 horas). Los forros desechables se utilizan cuando tenemos que darle crema a V, porque ésta no puede estar en contacto directo con el pañal (se impermeabilizaría) y para cuando empiece a tomar otros alimentos, poder eliminar fácilmente los residuos sólidos.

Lavado de pañales de tela:

   Nosotros ponemos lavadora de bebé todos los días, ya que mi máquina admite poca carga y además, 20 pañales no cunden tanto como cabe esperar, sobre todo al principio. Tenemos una bolsa de pañales en el baño y vamos metiendo ahí los sucios (los de caquita requieren un enjuague previo en el bidé si quieres que queden blancos una vez lavados). Con la cremallera cerrada no huelen nada.

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   Los meto en la lavadora sacando los insertos de los cobertores y programo un prelavado, añadiendo bicarbonato un par de veces a la semana (blanquea y desinfecta). Al terminar, abro, meto el resto de ropa de V y alguna camisa mía, si queda hueco, y pongo un ciclo de lavado normal a 30 grados, añadiendo un aclarado al final (mi lavadora tiene esa opción), porque he leído que los restos de jabón pueden afectar negativamente tanto a la permeabilidad de los pañales como a la piel del bebé. No se puede usar cualquier detergente, tiene que estar libre de fosfatos, suavizantes, enzimas y aromas. Nosotros usamos uno para pieles sensibles de la marca Bosque Verde (Mercadona), y ponemos la mitad de la dosis recomendada en el envase.

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   Después, lo mejor es tenderlos al sol siempre que se pueda, para eliminar posibles manchas que hayan quedado tras el lavado, pero nosotros en invierno tendemos dentro de casa y de momento se conservan bastante bien, exceptuando alguna sombrita en los insertos, pero nada grave. Aquí os dejo un par de enlaces que me sirvieron de guía para encontrar mi propia rutina: enlace uno y enlace dos.

Pañales de tela fuera de casa:

  Si vamos a pasar unas horas fuera, simplemente hay que acordarse de meter una bolsa de transporte para poder llevar el pañal sucio sin olores ni humedades. Cuando nos vamos unos días de vacaciones y el lugar de destino no tiene lavadora, usamos desechables.

Pañales de tela en la guardería:

   A mí no me han puesto ninguna pega en la guarde. La mía es pública, pero no sé si comparten política o depende del personal docente de cada centro. Nosotros lo mencionamos el primer día y la respuesta siempre fue positiva, y eso que V era el primer bebé con pañales de tela que tenían. Cada mañana bajamos 4 pañales montados y una bolsa de transporte, y la profe de V nos devuelve los usados en la bolsa al ir a recogerla. Sólo hicimos juntas el primer cambio, y V ha venido siempre con el pañal perfectamente colocado y sin una fuga.

Porteo

cangu2   Yo sólo puedo hablaros del porteo con fular elástico, porque es el que nos regalaron a nosotros. Creo que es realmente práctico y le estamos dando muchísimo uso.

   El papá de V trabaja fuera al menos 2 días a la semana, y salir a hacer recados o pasear al perro con el capazo me parecía un tremendo tostón (y si llueve, la cosa ya pasa a nivel experto); y  eso que se supone que mi cochecito es de los más manejables del mercado. A lo mejor vosotros os apañáis fenomenal, pero no es mi caso, por lo que a mí, me ha parecido El Invento.

   El nuestro es de la marca Boba Wrap y nuevo cuesta entre 40 y 50 € (el de 50 € es de algodón orgánico), aunque hay bastante mercado de 2ª mano y en wallapop, por ej., lo podéis encontrar por 20-25 €. Es lavable a máquina.

   Creo que es mejor que un porteo de tela normal (sin haber probado éste, ya os digo), porque puedes meter y sacar al bebé con el fular anudado y eso te da mucha seguridad, sobre todo si eres torpe como yo XDD. Este vídeo explica muy bien el nudo básico y 2 posiciones en las que el bebé va a gustísimo. En este caso es un bebé de un mes, pero con otros anudados, podéis usar el porteo con niños bien grandecitos.

   Nos gusta más que la mochila porque no te hace falta abrigar al bebé, lo metes en el fular con la cabecita cubierta (con el propio pañuelo o un gorrito, dependiendo del frío que haga fuera) y te pones el abrigo de porteo.  Vais los 2 tan calentitos y cuando llegáis a un sitio, no tienes que quitarte el fular ni al bebé para poder desabrigarte. Además, al ir tan pegado a ti, «pesa menos», cosa que agradecen mucho el papá de V y sus problemas de espalda.

   Pero ahí está también la desventaja que le veo yo: hay que comprar un abrigo para portear y yo no he encontrado nada económico (ni demasiado bonito). Os dejo aquí un enlace con algunas soluciones bastante prácticas para el porteo en invierno.

   Por suerte, yo tenía este abrigo en el armario y nos ha ido perfecto 🙂

abrigo

   Cuando voy con la silla también lo llevo en la cesta. Así, si V se cansa de ir en el cochecito, la porteo un rato y tan contenta.

porteo

V y yo de exposición

PD: no había pensado en ello, pero hoy el ascensor de mi comunidad estaba estropeado y sin el porteo habría sido casi imposible salir de casa; porque ¿cómo bajas el cochecito 4 pisos sin dejar al bebé sólo?, y luego deja la silla en el portal, sube bebé en mano (si es que has podido hacer el paso previo) y coge al perro. Y a la vuelta del paseo otra vez. Quita, quita.

(Foto por Ana Rosa González)