
Este verano, entre el calor, un pico de estrés laboral, nuestra cama de 1,35 y el agrandamiento de V, empezamos durmiendo todos como el orto.
A esto que os cuento se sumó que, durante un par de semanas, la lactancia nocturna se volvió desesperante para mi persona. V ya no se quedaba frita a los 5 minutos, no, V mamaba alternando teta durante media hora larga para al final no dormirse y desquiciarnos a todos un poco.
Así que tras unos días de aicantdemorenau, decidimos dejar de darle el pecho en mitad de la noche. Aprovechamos que dormíamos toda la semana juntos (nuestra rutina durante el curso no nos lo permite porque C trabaja fuera 2-3 días a la semana) para que se encargara el papá de darle agua o consuelo o lo que fuera, porque si lo intentaba yo, sabíamos cómo acababa la cosa..
El proceso ha ido increíblemente bien contra todo pronóstico. La primera noche, cuando se despertó a eso de la 1, se quejó un poco y pidió tetita pero C la tranquilizó, le dio agua y se durmió. Se despertó otras 2 veces y lo mismo. Las noches siguientes ni siquiera pedía teta, bebía un poco de agua y clonch.
El lunes fue nuestra primera noche solas. Yo me esperaba un rollo posesión infernal cuando viera mi cara por encima de la cuna y le intentara dar el cambiazo con la botella de agua (incluso temí volver a los viejos y cansados tiempos), pero oye, se despertó, dijo un par de veces «tetita mami», y cuando vio el agua, dijo que ok y se volvió a quedar dormida (bravooooooooooo).
Así que muyyy contentos!
Durante el verano también pasó que, con tanto entretenimiento, se le olvidaba mamar a las 16, así que ya solo mantenemos la toma de después de cenar, que sirve para esnucarla XDD. Como le decía ayer a otra mamá, no quiero ni pensar en qué haremos cuando no haya «tetita».
Pero bueno, ayer en el evento de Johnson´s Dulces Sueños, Silvia Álava, psicóloga infantil que mola todo, recalcó mucho la importancia de las rutinas a la hora de dormir. Una semana haciendo a la misma hora el kit baño templado-masaje-cuento, y aseguró que la mayoría de los niños caían antes, dormían mucho mejor e incluso más horas. Estudios clínicos, oiga, que eso es muy de fiarse.
Dirás, y la cena, ¿dónde va? Pues eso mismo preguntó otra mamá, y aconsejaron hacerla antes del baño. Esto es muy raro porque nunca se ha hecho así, pero como ya se ha desmitificado lo de «tener que hacer la digestión», no va a pasar nada, digo yo.
También nos enseñaron a «nananizar» temas jajaja ¿quién no ha hecho esto alguna vez? Porque a ver, seamos sinceros, yo nanas enteras no me se ni media, y me bloqueo en cuanto nos salimos del eaeaea y que viene el coco, y ésta última, pues me niego a cantarla, como comprenderás.
Así que me he visto varias veces entonando canciones de Family o de Los Planetas mientras acunaba a V. Eran las que me venían a la cabeza, y de las que recuerdo la letra sin tener que dar un repaso por google. Pero mira, con esta opción de cantarlas todas con un naná, se nos abre un mundo de posibilidades, que la pobre V está del «Nadadora», aburridita (si es que eso es posible;)).
A nananizar!
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