Estando embarazada y convencida de que iba a darle el pecho a V hasta que una de las 2 se cansara, me puse a leer cosas mil sobre la lactancia (¿acierto o error?), algo que siendo lo más natural del mundo, debería ser fácil e ir rodado, no? Pues no.
Mi primer mes dando el pecho fue bastante horror. Con grietas en el pezón desde el minuto 4 de vida de V, la primera semana veía estrellitas en cada toma. A los 8 días, las grietas se fueron, pero seguí con los pezones super sensibles hasta el mes y medio más o menos; y a eso hay que sumarle las acumulaciones de leche (muy dolorosas) y las temidas subidas (pueden llegar a dar fiebre), durante las cuales, a V le costaba infinito engancharse porque aquello estaba demasiado hinchado, con los consiguientes lloros, los suyos y los nuestros. Si te quieres hacer una idea, intenta coger con la boca la punta de un globo inflado a tope. Efectivamente.
Así que, como con casi todo lo que me ha ido pasando con la maternidad, tiré de internet y de mi amiga Irene (fue mami poquito tiempo antes que yo) y esto que os voy a contar es un resumen de las cosas que me resultaron más útiles.
Grietas
Durante el embarazo se me resecó bastante la piel de pezón y aureola, pero cuando se lo enseñé a mi matrona, me dijo que era mejor que no me estimulara la zona, y que sólo si me dolía me diera alguna crema. No me dolía, no me di crema. ERROR.
Todavía en el paritorio, me pusieron a V sobre el pecho (corazones) y tuvimos la suerte de que se enganchara perfectamente (ya leeréis por ahí que esto puede llegar a ser una odisea), pero como aquello estaba como la mojama, ouch, ouch.
En ese momento el Purelan fue mi mejor amigo. Las pezoneras sirvieron de ayuda también (las llevamos al hospital por lo que pudiera pasar), pero a V le cayeron regular y el tercer día decidió que pasaba, que le molaba más mi pezón dolorido que la silicona de Medela. Ouuuuch, ouuuuch.
Subidas
A veces, muy al principio, V se despertaba para una de sus tomas nocturnas y por más que lo instentáramos, no podía agarrarse al pecho de llenito que estaba. En una de esas, rollo las 4 de la mañana, cundió el pánico y el papá de V salió corriendo a comprar leche en polvo y un biberón, porque no pintaba bien la cosa. Cuando volvió, yo ya había conseguido montar el extractor y sacar lo justo para que V pudiera ponerse a mamar, pero fue un momento complicado : /. Lo suyo habría sido tener preparado el sacaleches, la manta eléctrica junto a la cama y un bote de leche de fórmula en casa, solo por si acaso.
El calorcito de la manta eléctrica hace que el pecho se ablande y si aún así, aquello no baja, puedes extraerte un poquito de leche. Lo de tener fórmula en casa, pues bueno, te resistes, porque tú te empeñas en darle lo mejor a tu bebé y ahora lo mejor es la teta, pero seamos prácticos, es más cómodo ir a la cocina en pijama que vestirse en medio de la noche e ir a buscar una farmacia de guardia. Digo.
Acumulaciones
Otra de las cosas dolorosas del principio de la lactancia, los bultos de leche. Uf. A mí el calor me suavizaba un poco, pero no mucho, y los masajes me hacían bastante daño. Lo único que realmente funcionaba era ponerme a V.
Mi matrona me explicó que donde tiene el bebé apoyada la barbilla es donde más se va a vaciar el pecho. Pues siguiendo este principio y dependiendo de dónde tuviera el bulto, colocaba al bebé como fuera necesario. A veces le he tenido que dar de mamar a V al revés (en la cama, ella con la cabeza hacia la almohada y yo hacia los pies) o incluso ponerla en una mesa tumbada de lado y yo sentada en una silla. Estas posturas en las que no veo la carita de V, siempre con el papá en casa y teniendo mucho cuidado, claro.
Llevamos 5 meses y medio con teta y desde hace 4 que esto ya es otra cosa. Con el tiempo, V se ha vuelto una expertita mamando y a mí ya no me duele nada. Alguna molestia si me paso de las 4 de la tarde sin darle de comer (desde las 8 am) pero cosa de poco. Así que todos la mar de contentos.
Espero que esta entrada tranquilice un poco a esos humanos que se encuentran en ese primer momento y que como nosotros, se preguntan aterrorizados si la lactancia es eso. Pues no. Luego sólo va a mejor.